El 17 de Abril tuvo lugar la ceremonia de entrega de los XXVI Premios Max de las Artes Escénicas 2023 en el Gran Teatro Falla de Cadiz. Organizados por la Sociedad General de Autores y Editores a través de la Fundación SGAE, con el patrocinio del Ayuntamiento de Cádiz, la colaboración del Ministerio de Cultura y Deportes a través del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM) y el apoyo de Grupo Eulen, Reale Seguros, el Consejo Regulador de Caballa y Melva de Andalucía y Ernst & Young.

Entre los  529 espectáculos inscritos, de los cuales 168 resultaron candidatos en la primera fase y 45 resultaron finalistas en la segunda, la asociación Payasospital, fundada en Valencia por el autor, actor y director Sergio Claramunt en 1997, ha sido galardonada con el Premio Max de las Artes Escénicas de Carácter Social en su edición XXVI. Este reconocimiento se otorga coincidiendo con el 25º aniversario de la compañía y por su excelente labor social en los hospitales de la Comunidad Valenciana desde 1999, cuando comenzaron su actividad de manera regular

La entrega del premio ha tenido lugar este lunes 17 de abril en el Gran Teatro Falla de Cádiz, y se enmarca en una serie de actividades que culminarán en enero de 2024 con una gran gala benéfica. El comité de los Premios Max ha destacado la importancia de visibilizar la labor de Payasospital y de otras iniciativas similares en España para animar a su crecimiento y extensión.

La asociación Payasospital con 25 payasos profesionales lleva la alegría a los niños hospitalizados y a sus familias a través de su labor como «malabaristas de sentimientos», vestidos de doctores con batas de colores y narices rojas al estilo de los clowns. Su objetivo es mejorar el bienestar emocional y físico de los pacientes pediátricos a través de la distracción y el apoyo psicosocial.

Según Claramunt, es difícil explicar el impacto que tienen sus actuaciones en los niños hospitalizados y sus familias. Recuerda el caso de un niño que estaba recibiendo un tratamiento doloroso y, al verlos entrar, dejó de llorar, participó en sus juegos y bromas, y terminó riendo a carcajadas. La transformación de la tristeza a la risa fue sorprendente. Por momentos como este, Claramunt considera que su trabajo como payaso de hospital es el mejor del mundo, ya que puede hacer reír a los niños que más lo necesitan en momentos delicados, ayudándoles a seguir riendo, jugando y soñando a pesar de las dificultades físicas y emocionales que atraviesan.